Todavía no se puede acomodar la economía española. Quizás algunas otras de la región europea sí, peor la española sigue rezagada y con pocas chances de recuperarse en el corto plazo. Ya no se sabe de manera certeza qué camino tomar para poder ver luz finalmente y todas las decisiones que el Gobierno toma se parecen más a los manotazos de un ahogado que a un plan concreto y salvador.
Ante este escenario, el Gobierno decidió advertir a la población por las futuras medidas que puede llegar a tomar. Entre ellas no descarta un recorte de las inversiones en caso de que la economía sigue emporando. Así de simple y claro. Quizás, los dirigentes vean en esta medida cautelar una forma de salir del pozo, aunque de poco valen las especulaciones a esta altura… En la práctica se sabrá si el Gobierno de Rodríguez Zapatero se equivocó o no.
Esto viene acompañado de la decisión que tomó este mismo Gobierno del recorte de las obras públicas. Por su parte, el secretario de Estado de Economía, el señor José Manuel Campa dejó bien en claro que el mayor objetivo del Gobierno, siendo prioritario e incondicional es el equilibrio de las cuentas públicas. Y aseguró que su gabinete tomará medidas adicionales en tanto la situación macroeconómica no mejore. Todo esto para alcanzar el objetivo de 6% de déficit público en el 2011.
Además, el máximo responsable de la economía del país aseguró que la gran caída del coste de la financiación del Estado en las semanas pasadas le entrega al Gobierno un reducido margen para volver a pensar en alguno de los proyectos de obras públicas abandonados a favor del equilibrio fiscal. Así las cosas, España sigue inmersas en una acentuada crisis y las medidas se suceden unas a otras sin un cambio contundente y favorable.
