El crédito se restringe, los consumidores tienen más dificultades para financiar sus deudas, el encarecimiento de las hipotecas como consecuencia de la subida del euríbor ha provocado que la renta disponible de las familias se vea reducida considerablemente… Y todo esto provoca una ralentización del consumo que adquiere tintes cómic-dramáticos en algunos sectores. Como por ejemplo en el siguiente titular del ABC:
«Barbie» sufre los efectos de la crisis y Mattel cierra pérdidas el primer trimestre.
Es lógico: los bienes de consumo que resulten más prescindibles serán los primeros en sufrir el golpe de la caída del consumo. Y Barbie es perfectamente prescindible. Teniendo en cuenta que el gran pico de ventas en el mercado juguetero no se producirá hasta finales de año, es perfectamente lógica la información con la que ABC abre la noticia:
El grupo juguetero estadounidense Mattel registró pérdidas por importe neto de 46,6 millones de dólares (29 millones de euros) en el primer trimestre del año, frente al beneficio neto de 12 millones de dólares (7,5 millones de euros) del mismo periodo del año anterior ante los mayores costes de producción.
No sé si ante los mayores costes de producción, pero lo que está claro es que el menor consumo golpea con dureza a la industria juguetera en general. Sólo en Estados Unidos, las ventas de Mattel cayeron un 11%, caída que fue parcialmente compensada por el crecimiento del 8% de la cifra de negocio en los mercados internacionales, así como por la debilidad del dólar, a lo que hay que sumar los efectos de las sucesivas retiradas de juguetes fabricados en China por sus potenciales riesgos para los consumidores.