Una vez que se toca fondo, solo quedan dos opciones: quedarse estancado y terminarse ahogando, o por otro lado, la opción es salir a flote. Esto lo sabe muy bien España, quien se plantea salir de la crisis que está viviendo y lograr un futuro mejor que el que propone su presente.
Sin embargo, le está siendo difícil a este país el “barajar y dar de nuevo”: hace unos días hablamos acerca del estancamiento de la economía española, hoy nos toca hablar del aumento en su prima de riesgo, que se ubicó según los últimos datos por encima de los doscientos puntos básicos.
El coste de seguro de protección contra posibles impagos de España ha ascendido (tal como lo establecen los datos dados a conocer en el día de ayer) a 261 puntos, 11 más de los que habían sido informados en el cierre anterior: esto quiere decir que el coste anual de asegurar la deuda española de un posible impago es de u$s 261.000 por cada 10 millones de emisión.
Estos números y preocupación se trasladaron a la Bolsa, que en el día de ayer marcó la caída del 1,31% del Ibex, volviendo a niveles registrados en el pasado mes de agosto. Estos números fueron las bajas más estrepitosas de la jornada en el Viejo Continente, ya que las caídas de los demás países fueron mínimas.
Sin embargo, aún hay optimismo en algunas declaraciones. Tal es el caso del ex ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, quién a pesar de remarcar el hecho de que la crisis “ha llegado al corazón del sistema financiero”, ve una salida para la economía española “cimentada en crecimientos modestos y, desgraciadamente, con un alto nivel de paro”.
